Oriónidas 2021
En el mes de octubre tenemos una importante lluvia de estrellas fugaces, las Oriónidas. La lluvia dura desde el 2 de octubre hasta el 7 de noviembre, con un máximo de actividad que ocurrirá la noche del 20 al 21 de octubre, es una de las lluvias más destacadas del otoño y es un espectáculo que no os podéis perder.
Las Oriónidas son una lluvia de meteoros de actividad media, en la hora del máximo se prevén unos 15 a 25 meteoros/hora, aunque a veces puede sorprendernos con hasta 50 a 70 meteoros/hora con lo que habrá que estar atentos.
Estos meteoros con una velocidad de (66km/s) aprox son en su mayoría de color verde amarillento y generan trazos persistentes en el cielo aumentando su belleza. El cometa del cual provienen los restos rocosos que producen las Oriónidas en octubre y las quadrantidas en mayo es el famoso cometa Halley uno de los cometas más ilustres y conocidos de la historia.
El cometa Halley orbita el sol cada 76 años y fue visto por última vez en el año 1986, y no se lo volverá a ver hasta 2062. El mejor momento para poder ver la lluvia de las Oriónidas será sobre las 5 de la madrugada del 21 de octubre, esta lluvia es una de las más bellas del año por su brillo y velocidad,
Para observar mejor la lluvia de Oriónidas hay que alejarse de la contaminación lumínica que tenemos en las ciudades, así que es aconsejable que te desplaces hasta el campo y Lo único que tienes que hacer es mirar al cielo y ser paciente porque Necesitarás al menos 20 minutos antes de que tus ojos se hayan acostumbrado a la oscuridad del cielo. No hace falta usar telescopio ni los prismáticos, pero si estar abrigado ya que por estas fechas ya hace bastante frío en gran parte del país.
La lluvia de estrellas Oriónidas es uno de los mejores espectáculos que ver para aquellos que sean amantes a la astronomía ya que están enmarcadas por algunas de las estrellas más brillantes del cielo nocturno. Orión se verá bien en el cielo a partir de las 0h con lo que las mejores horas para observar estrellas fugaces serán a partir de las 2 a 6 de la madrugada (hora oficial en España) que es cuando la constelación comienza a estar más alta en el firmamento.
Consejos
Para observar estrellas fugaces hay que ir a lugares con poca contaminación lumínica, ponerse cómodos, abrigados y sin necesidad de telescopio observar uno de los espectáculos más bellos que nos brinda la naturaleza.
Previsión para el año 2021
Las perspectivas para poder visualizar la lluvia en perfectas condiciones, no son muy buenas, ya que la Luna estará en fase llena y deslumbrará el cielo con su luz durante casi toda la noche. Algunos socios nos iremos de observación para intentar "cazar" algunas oriónidas.
LÍRIDAS 2021
La lluvia de meteoros, popularmente conocida como lluvia de estrellas fugaces, se podrá contemplar con máxima actividad la noche del 22 al 23 de abril.Se trata de la lluvia de las Líridas, que en los años 1803, 1922,1944, 1946 y 1982, fue un verdadero espectáculo celeste, haciéndose visibles a simple vista cientos de meteoros por hora, la de 1803 fue especialmente deslumbrante ya que pudieron ver hasta 700 meteoros por hora.
Las Líridas es la lluvia de estrellas más antigua conocidas, ya que se tienen registros chinos del acontecimiento que datan de marzo del año 687 a.C. Esta lluvia es visible desde los dos hemisferios.
Esta lluvia es de las más impredecibles es por ello que los astrónomos y curiosos la esperan con ansiedad por si hay alguna sorpresa y la lluvia se torna en tormenta meteórica, un raro fenómeno que ocurre cuando la Tierra se encuentra con un enjambre de meteoros muy denso y se pueden contemplar más de 1.000 meteoros por hora.
Los astrónomos todos los años dan una previsión para la lluvia de las Líridas de unos 18 meteoros visibles a simple vista por hora, pero nunca se cumple, con las Líridas no se acierta nunca, pero no es raro que puedan llegar fácilmente a los 100 meteoros por hora.
La lluvia de las Líridas está asociada a los restos de un cometa llamado Thatcher C/1861 G1, descubierto en 1861 y cuyo último paso cercano y conocido a la Tierra tuvo lugar el 5 de mayo de ese mismo año, desde entonces no se ha visto más, pues se trata de un cometa de largo período que alcanza las proximidades del Sol cada 415 años. Llega a alejarse del Sol, 2,78 veces más allá de la órbita de Plutón, mientras que su punto más próximo a nuestra estrella lo alcanza a los 137.632.000 km. Cada vez que se acerca a nuestra estrella, se va desintegrando por el calor del Sol, pues está compuesto de roca y hielo, dejando partículas diminutas por el espacio del tamaño de un grano de arena. La Tierra atraviesa estos restos entre los días 16 y 25 de abril.
Es durante estos días cuando se puede observar la lluvia de las Líridas, con máxima actividad la noche del 22 de abril. Esta noche, la constelación de Lira, de ahí el nombre de Líridas, aparecerá hacia el NE sobre las 10 de la noche en hora peninsular y podremos contemplarla sin molestias hasta las 3 de la mañana, hora en que la Luna en cuarto menguante hará su aparición, desluciendo en parte el espectáculo celeste con su luz. En realidad el máximo de la lluvia suele coincidir siempre en las horas previas al amanecer. Si no pudiera contemplar la lluvia la noche del 22, inténtelo el 23, 24 ó 25 de abril, pues aún estará activa.
El radiante, o lugar del cielo de dónde parecen proceder el grueso de los meteoros, está cerca de la brillante estrella Vega, la más brillante de la constelación de la Lira, una de las que más lucen en el cielo, en realidad no tiene pérdida si miramos a la hora indicada al NE y sobre el horizonte, ya que se trata de la 5ª estrella más brillante del firmamento.
ASTRONOMÍA BABILÓNICA
Diversos pueblos antiguos como los egipcios, mayas y chinos desarrollaron interesantes mapas de las constelaciones y calendarios de gran utilidad (véase Astronomía maya). Los babilonios estudiaron los movimientos del Sol y de la Luna para perfeccionar su calendario. Solían designar como comienzo de cada mes el día siguiente a la luna nueva, cuando aparece el primer cuarto lunar después del ocaso. Al principio este día se determinaba mediante la observación, pero después los babilonios trataron de calcularlo anticipadamente. Hacia el 400 a.C. comprobaron que los movimientos aparentes del Sol y la Luna de Oeste a Este alrededor del zodíaco no tienen una velocidad constante. Parece que estos cuerpos se mueven con velocidad creciente durante la primera mitad de cada revolución hasta un máximo absoluto y entonces su velocidad disminuye hasta el mínimo originario. Los babilonios intentaron representar este ciclo aritméticamente dando por ejemplo a la Luna una velocidad fija para su movimiento durante la mitad de su ciclo y una velocidad fija diferente para la otra mitad. Perfeccionaron además el método matemático representando la velocidad de la Luna como un factor que aumenta linealmente del mínimo al máximo durante la mitad de su revolución y entonces desciende al mínimo al final del ciclo. Con estos cálculos los astrónomos babilonios podían predecir la luna nueva y el día en que comenzaría el nuevo mes. Como consecuencia, conocían las posiciones de la Luna y del Sol todos los días del mes.
De forma parecida calculaban las posiciones planetarias, tanto en su movimiento hacia el Este como en su movimiento retrógrado. Los arqueólogos han desenterrado tablillas cuneiformes que muestran estos cálculos. Algunas de estas tablillas, que tienen su origen en las ciudades de Babilonia y Uruk, a las orillas del río Éufrates, llevan el nombre de Naburiannu (hacia 491 a.C.) o Kidinnu (hacia 379 a.C.), astrólogos que debieron ser los inventores de los sistemas de cálculo.
ASTRONOMÍA EN LA ANTIGÜEDAD
La curiosidad de los pueblos antiguos con respecto al día y la noche, al Sol, la Luna y las estrellas les llevó a la conclusión de que los cuerpos celestes parecen moverse de una forma regular, lo que resulta útil para definir el tiempo y orientarse. La astronomía solucionó los problemas que inquietaron a las primeras civilizaciones, es decir, la necesidad de establecer con precisión las épocas adecuadas para sembrar y recoger las cosechas y para las celebraciones, así como de orientarse en las largas travesías comerciales o en los viajes.
Para los pueblos antiguos el cielo mostraba una conducta muy regular. El brillante Sol que separaba el día de la noche salía todas las mañanas desde una dirección, el Este, se movía uniformemente durante el día y se ponía en la dirección opuesta, el Oeste. Por la noche se podían ver miles de estrellas que seguían una trayectoria similar girando en agrupamientos permanentes llamados constelaciones.
En la zona templada del hemisferio norte comprobaron que el día y la noche no duraban lo mismo a lo largo del año. En los días largos, el Sol salía más al Norte y ascendía más alto en el cielo al mediodía; en los días con noches más largas el Sol salía más al Sur y no ascendía tanto. La observación de las estrellas que aparecen por el Oeste antes del ocaso o por el Este antes del amanecer mostraba que la posición relativa del Sol cambia de forma gradual.
Estudios posteriores pusieron de manifiesto que el Sol, la Luna y cinco planetas brillantes giran alrededor de la esfera de estrellas dentro de un estrecho cinturón llamado zodíaco. La Luna atraviesa el zodíaco con rapidez, adelantando al Sol una vez cada 29,5 días, periodo conocido como mes sinódico. Los que observaban las estrellas en la antigüedad intentaban fijar los días e incluso los meses y los años en un sistema de tiempo coherente, o calendario. Como ni un mes completo ni un año completo contienen exactamente un número entero de días, los creadores de calendarios asignaban a los sucesivos meses o años diferente número de días, que sacando una media, se aproximara al valor real. Así pues, el calendario moderno incluye 97 años bisiestos en cada periodo de 400 años, de modo que el número medio de días por año sea de 365,2425, muy próximo a 365,24220, el determinado astronómicamente.
El Sol y la Luna siempre atraviesan el zodíaco de Oeste a Este. No obstante, los cinco planetas brillantes: Mercurio, Marte, Venus, Júpiter y Saturno, que también se mueven hacia el Este sobre el fondo de las estrellas, tienen un movimiento hacia el Oeste, o retrógrado, de variada duración. Así pues, los planetas parecen seguir un recorrido hacia el Este de manera irregular, con curvas periódicas en sus trayectorias. Desde la antigüedad se ha pensado que los acontecimientos celestes, en especial los movimientos planetarios, tenían que ver con el destino de las personas. Esta creencia, llamada astrología, fomentó el desarrollo de esquemas matemáticos para predecir los movimientos planetarios y favoreció el progreso de la astronomía en el pasado.
¿ Que es la Astronomía?
Astronomía, ciencia que se ocupa de los cuerpos celestes del Universo, incluidos los planetas y sus satélites, los cometas y meteoroides, las estrellas y la materia interestelar, los sistemas de estrellas llamados galaxias y los cúmulos de galaxias. La astronomía moderna se divide en varias ramas: astrometría, el estudio mediante la observación de las posiciones y los movimientos de estos cuerpos; mecánica celeste, el estudio matemático de sus movimientos explicados por la teoría de la gravedad; astrofísica, el estudio de su composición química y su condición física mediante el análisis espectral y las leyes de la física, y cosmología, el estudio del Universo como un todo.
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